Por Juan José Dalton (*)
El sábado 13 de noviembre, en la excárcel de Santa Tecla, que por gestiones del alcalde Oscar Ortiz se ha convertido hoy en museo municipal, se lanzó públicamente el libro «¿Quién asesinó a Roque Dalton? Mapa de un largo silencio», obra de los colegas periodistas Lauri García y Javier Espinoza, ambos residentes en México e Inglaterra, respectivamente.
En nombre de la familia Dalton, agradezco enormemente esta obra, sobre todo por dos aspectos principales: fue el fruto de una investigación periodística que les tomó mucho tiempo porque constituyó su tesis de graduación, es decir: este esfuerzo contribuye a la búsqueda de la verdad y además se entrega como parte de un capítulo de la historia.
Luego, por un esfuerzo de la editorial Índole Editores, la tesis se convirtió en libro, mismo que ha sido lanzado en el internet con descarga gratuita y además será vendido como libro impreso en las librerías locales.
Esta obra, repito, es un esfuerzo más para conocer la verdad plana sobre el asesinato de Roque Dalton. El coautor, Javier Espinosa, explicó que les motivó hacer esta investigación la pasión periodística de saber o de tratar de buscar las respuestas de las preguntas clásicas de cualquier periodista ante cualquier fenómeno de interés social general: qué, dónde, cuándo, por qué y quiénes.
Esto es importante porque la sociedad, independiente de que la familia Dalton lo quiera o no, tiene derecho a la verdad, no sólo en el caso Dalton, sino en el caso de todos los crímenes de lesa humanidad que se cometieron antes y durante la guerra civil que nos azotó recientemente y cuyas heridas no están cerradas ni sanadas.
Lo que García y Espinoza investigaron podrá tener segundas y terceras partes. Es como la punta de un iceberg, porque en nuestra búsqueda de justicia tuvimos que recurrir el Estado (Fiscalía) para que se encargue de investigar judicialmente lo ocurrido. Y esto, además de materia investigativa para la prensa, es también materia para los historiadores y para los abogados. Los alegatos de nuestros abogados podrían establecer jurisprudencia, con lo que el Estado de Derecho y el mismo sistema judicial podría mejorarse, modernizarse y ser más justo.
La búsqueda de la verdad en el caso Roque Dalton no será, como no lo ha sido para los jesuitas asesinados ni para monseñor Oscar Arnulfo Romero, un derecho sólo de las familias dolidas y víctimas de injusticias monstruosas. Se ha convertido en interés para los profesionales de las ciencias sociales, periodistas, abogados y para muchos intelectuales nacionales y extranjeros, así como de interés de todos los salvadoreños.
A la impunidad le queda cada vez menos tiempo en el seno de una sociedad verdaderamente democrática. Por eso sentimos una inmensa alegría, al saber que tres generaciones, la de Roque Dalton, la de sus hijos y la de sus nietos (porque Lauri y Javier serían generacionalmente nietos de Roque) se han unido en la búsqueda de la verdad.
Es decir… Esta obra es un ejemplo y nos confirma la razón que tenemos. Esta lucha emprendida por dignificar al poeta, al intelectual, al hombre, al esposo, al amigo, al compañero, al padre que fue Roque Dalton, está condenada a su resolución, al encuentro de la verdad. Sin más ni menos.
(*) Periodista, director del periódico digital ContraPunto y de la revista ContrACultura.