Amigos

Martí­nez Moreno: Mi relación con Roque Dalton

Yo me reuní­a con él a menudo a cambiar impresiones y un dí­a me atreví­ a decirle que era obvio que yo, sin compartirlas, respetaba sus posiciones ideológicas extremistas, pero que no entendí­a por qué él habí­a expresado una frase tan terrible contra don Alberto Masferrer («viejo de mierda»), si el pensador salvadoreño, antes que Lenin, habí­a abogado por una mí­nimum vital para los pobres salvadoreños

Recordando a Roque Dalton

Roque había dicho que había que dar premios de resistencia por ser salvadoreño. En verdad nadie es más merecedor de ese premio que él, el poeta más salvadoreño, y el más universal de los poetas de su país, dijo Ernesto Cardenal

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Viaje sin retorno de un poeta

Roque Dalton fue una figura perseguida por su pensamiento progresista, sin embargo, sus demandas, tan vigentes, lo han convertido en un salvadoreño universal   Por Renán Alcides Orellana En este mayo que presagia copiosos inviernos, se cumplen 43 años de la muerte del poeta Roque Dalton, vilmente asesinado en San Salvador por sus mismos compañeros

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Roque Dalton: dos anécdotas…

La noticia de su muerte nos llegó sin mayores detalles, sorprendente e increíble, pues para algunos, Roque, desde antes y para entonces, estaría residiendo fuera del país

Recordando a Roque

Testimonio de Miguel Ángel Azucena, amigo de Roque Dalton. Una historia de cuando el poeta tenía 15 años

Unas palabras para Roque

Por Thelma Navas   A Roque le conocí en la ciudad de México, en febrero de l964, durante la realización del I Encuentro de Poetas, que organizamos los editores de las revistas “Eco Contemporáneo” de Argentina,  dirigida por Miguel Grinberg, “El Corno Emplumado”, de Margaret Randall y Sergio Mondragón y “Pájaro Cascabel”, que editábamos Luis

Roque Dalton: Profeta ni martir

Por Carlos Velis "Y es posible que esté tirando patadas en su tumba clandestina, atracado de risa. Él, que fue un iconoclasta. El más antisolemne de los escritores, ha sido elevado a los altares del pueblo. Esa fue una manera muy roquiana de burlarse de la muerte, de los que la ordenaron, los que dispararon