Por Thelma Navas
A Roque le conocí en la ciudad de México, en febrero de l964, durante la realización del I Encuentro de Poetas, que organizamos los editores de las revistas “Eco Contemporáneo” de Argentina, dirigida por Miguel Grinberg, “El Corno Emplumado”, de Margaret Randall y Sergio Mondragón y “Pájaro Cascabel”, que editábamos Luis Mario Schneider y yo.
En esos días tuve poca oportunidad de conversar ampliamente con él, como hubiera sido mi deseo, dado que fueron muchos los poetas que llegaron a México y a quienes había que atender. Por supuesto que conocía y admiraba su poesía, por publicaciones de Cuba, país con el que mantenía un contacto muy cercano. Sí puedo recordar sin embargo su alegría, su entusiasmo y su amor por el oficio poético, la lucidez que poseía y el amor a su país.
Años después lo volví a ver en Cuba, en algunos de los viajes que realizaba con mi compañero de vida, mi esposo el poeta Efraín Huerta. Allí tuvimos la oportunidad de conversar largamente con él, de las labores que realizaba para la Casa de las Américas y tuvimos la oportunidad de conocer a su esposa Aída y a sus hijos Roque y Juan José.
No volví jamás a verlo y en años posteriores, a través de periódicos que yo recibía de Nicaragua nos enteramos Efraín y yo de su cobarde asesinato. Recuerdo que de inmediato me comuniqué a la Casa de las Américas para darles la terrible noticia. Cuando ellos lo comprobaron dieron el parte oficial. Posteriormente publicaron en el No. 94 de la Revista Casa de las Américas, del año 1977, una sección especial en su memoria, en la que participamos Mario Benedetti, Roberto Fernández Retamar, Julio Cortázar, Regis Debray, René Depestre, Efraín Huerta, Jaime Labastida, Margaret Randall y yo, entre otros escritores.
Años después, en la época de mi solidaridad con el hermano pueblo de El Salvador, varios mexicanos integramos la Brigada Cultural Roque Dalton, a instancias de Luis Melgar Brizuela. Participaba en la Brigada Modesto López, editor del sello musical “Pentagrama”, quien editó un disco de homenaje a Roque??, esfuerzo en el que colaboró con nosotros ampliamente el poeta cubano Fayad Jamis, quien nos proporcionó unas fotos estupendas de Roque, entre ellas la de la portada, que era la memorable foto de Roque saliendo de la Cárcel. El disco contenía un poema de Fayad y fragmentos de poemas de Mario Benedetti y Roberto Fernández Retamar dedicados a Roque. El disco contenía también canciones del nicaragüense Carlos Mejía Godoy y del cubano Noel Nicola, quien permaneció en México una semana para grabar diversas canciones, con destacados músicos mexicanos. Modesto utilizó la grabación original que había realizado Roque para la Casa de las Américas, quien generosamente se la proporcionó.
Debo señalar por último mi orgullo de haber sido invitada para ser miembro de la Cátedra Libre Roque Dalton, en la que participan destacados intelectuales como Juan Gelman, entre otros.
No solamente en este aniversario, en el que se cumplen 75 años de su natalicio y 35 de su asesinato, Roque estará siempre presente en el corazón de todos los latinoamericanos que admiramos su vida y su obra.
? El disco se editó para reunir fondos para la lucha del pueblo salvadoreño y así se hizo constar en el album: “todos los ingresos que produzca este disco serán destinados a la lucha del pueblo salvadoreño, representado en su vanguardia el FDR y el FMLN”.
Thelma Navas es poeta de nacionalidad mexicana, amiga de Roque Dalton