Manuel Sorto (*)
Recuerdos de una conversación con Miguel Mármol
BAYONA – Estábamos en el patiecito de la casa del Pasaje Brasilia echándonos las cervezas durante una pausa de trabajo. Intentábamos filmar unas idas y venidas y subidas y bajadas de escaleras con Miguel. Y era un huevo, porque a Miguel casi desde cipote le tocó bailar a ritmo de gato clandestino, y era un huevo porque todas sus medidas personales de seguridad las tomaba en automático. Camilo Minero, que vivía enfrente, nos miraba divertido. Debe de haber sido entre fines de 1978 y principios del 79. No estoy seguro. Estábamos, Lynn Gueary, Baltazar Polío, Miguel y yo.
No me acuerdo cuál había sido mi pregunta a Miguel en relación al libro (**) de Roque Dalton sobre su vida, pero era sobre algún punto que me parecería dudoso, o confuso, si lo escrito era verdad o falso. O bi. Uno nunca sabe. A la izquierda de Miguel estaba Lynn, Baltazar a su derecha, y yo enfrente. En rombo. Y Miguel inclinó su tronco hacia adelante para responderme, y en el mismo movimiento apoyó su mano izquierda sobre la rodilla de Lynn, como quien no hace nada más que apoyarse sobre la blanca rodilla de Lynn, y me dijo:
-Mire Meme… (siempre me llamó así)… mire Meme, es que le voy a decir que en ese libro también hay cosecha de Roque… Y se volvió para sonreír a Lynn, y no como un padre, sino como siempre que tenía mujeres enfrente. Y volviéndose de nuevo hacia mí, continuó: -Es que la gente olvida Meme, que Roque, antes que nada era poeta y escritor. Yo, desde que me propuso el proyecto en Praga, yo la ví venir. Porque no crea que yo no conocía a Roque. Hjum… las cositas que yo le sabía. Es que no todos lo aguantaban… Cayetano, para empezar. ¡Si Roque a veces era casi como tener una braza en el culo, Meme! ¡Y era abusadísimo! Y tenía una imaginación y una capacidad de análisis que… ¡Y qué poeta, por la gran puerca! Y de nuevo se volvió hacia Lynn: “Sus poemas de amor son una chulada”, añadió concluyente. Y su manó se cerró con delicadeza sobre la rodilla de Lynn, que lo miraba, radiante y chapuda, más que como siempre que nos encontrábamos para trabajar. Y la mano de Lynn ya estaba sobre la mano izquierda de Miguel que estaba sobre su rodilla. -Y eso, Meme, es lo que alguna gente no atina. Qué, en alguien como Roque, no importa lo que sea verdad o inventado, o retocado… Lo importante es que quien lo lea, se lo crea; se lo trague. Eso es ser escritor, no carajadas. Y a esa gente también se le olvida en dónde se pasó la mayor parte de la platicada, y que es la carne, la médula del libro: ¡en una cantina, Meme! ¡Hágame el favor! Esa famosa taberna adonde me llevaba y que tanto le gustaba. Y cuando pausábamos, fíjese Meme… y mientras que él se pedía la otra ronda, yo lo veía tomar apuntes en un cuadernito aparte, y se reía. Me acuerdo que una de las veces que, después de anotar algo, me soltó: “Sobre las tetas de Lucy”. Menos mal que la muchacha no entendía nuestra lengua, y sólo se reía cuando oía relampaguear su nombre. Nunca supe si logró dormir con ella. ¡Es que Roque, Meme, era cosa seria! Y Miguel colocó su mano libre sobre la mano de Lynn que estaba sobre su mano izquierda que estaba sobre la pierna rosada. Casi colorada.
La moraleja es: que en el sujeto histórico Miguel Mármol, el libro, el hecho, es bi. Lo uno contiene lo otro. Roque y Miguel, los protagonistas, ya no están. Pero los dos existen y se contienen en el libro. Y ellos; y lo narrado y lo vivido; y sus circunstancias, sólo existen en la obra. La política y la literaria: la Obra de ambos. ¿Simbiosis? ¿Alquimia? ¿Transubstanciación? ¿Catarsis dialéctica? Jajá. Hay para todos los gustos. De todas maneras, para nosotros será imposible disociar y delimitar, al centavo, realidad e invención o imaginación. La imaginación la produce el cerebro; el cual sabemos que es real, bien real. Si es que nuestro cerebro es real; como su cuerpo físico lo prueba. ¿Lo prueba?
(*) Cineaste y colaborador de ContraPunto
(**) Miguel Mármol (1972) Biografía de uno de los fundadores del Partido Comunista de El Salvador y sobreviviente de la masacre indígena y de campesinos de 1932.
(Publicado en ContraPunto, 20 de marzo de 2009)